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​MADRE DURGA DE DASASWAMEDH

Posted by Rubén Cedeño on

MADRE DURGA DE DASASWAMEDH 

Rubén Cedeño
Libro: Sanátana Dharma
Dasaswamedh fue el primer Gath donde vi el río Gánges en esta encarnación y el lugar donde frecuentemente me gusta deleitarme en la cualidad de la existencia que es la vida, el movimiento, la gente, el agite del mundo, el ruido, la alegría y tantas cualidades mas que da la condición de estar vivo.
Exhausto, después de horas conviviendo con la muerte en el Gath de Manikarnika, despojado de nombre y sin razón de ser, sin ganas de seguir viviendo, me llegue hasta el Ghât de Dasaswamedh a tírame como un despojo humano, a ver si me reponía sentado en una de las tantas escalinatas que allí encontré. De repente, volví mi cara hacia atrás y me di cuenta que estaba en la puerta de un abandonado y pequeñísimo santuario, que no era más que un atrio y un oscuro salón, como tantos pequeños templos abandonados que hay en India. En el altar estaba una estatua de piedra casi deforme de la Madre Dúrga, la Inaccesible, la Shakti del Señor Shiva. Su apariencia daba pena, estaba sin ningún tipo de cuidados, sin flores, desabrigada en su desnuda piedra, abandonada de la devoción, de las creencias, de los cuidados y hasta de la limpieza, muy arruinada, parecía que ya nadie la quería ni la adoraba. Me daba dolor verla así, quería hacer algo por ella. Mientras tanto al frente, de forma triunfante, victoriosa, una hermosa luna llena se elevaba en el horizonte por encima de las corrientes sagradas del “Rio Ganges” y bendecía todo con su plenitud, su amarillenta luz lejana y potente, nostálgica, ensoñadora y poética, que me embriago. Me quería quedar en India de por vida.
De repente e inesperadamente, rompiendo el encantamiento, me invadió un sentimiento que se lo atribuí a la voz de la aparente estatua inerte de la Madre Durga, que me hizo sentir en el centro de la mente las siguientes palabras: “Regresa a América que aquí no tienes nada que hacer”. De inmediato la obedecí, me puse en pie, era Durga, a ella nadie la desobedece, es el Poderoso Rayo de la Voluntad de Dios en forma de Mujer.
Como pude me fui reincorporando y a ver donde, a esa hora de la medianoche, en medio de ese enjambre de personas, perdido en tanta oscuridad conseguía un rickshaw, especie de moto-taxi hindú, que me llevara de regreso al hotel. La vida continuo. Antes de abandonar el país Madre India, me dio el regalo invalorable de conocer personalmente a Krishnamurti y tener comunicación con el. La Madre Durga de Dasaswamedh tuvo razón, si allí me hubiera quedado, nada de lo que ha sucedido con la enseñanza en occidente hubiera acontecido, tanta gente, tantos libros, tantas soluciones a tanta gente que sufre. Siempre me quede con el recuerdo de amor y agradecimiento a la abandonada y querida estatua de la Madre Durga de Dasaswamedh.
Años después, regrese al lugar con un grupo de estudiantes a ver mi amada Madrecita Durga de Dasaswamedh y les narre la historia que me unía a Ella. Busque como pude el pequeño templo. Lo encontré, pero irreconocible, estaba transformado, ya no era un lugar mas, no estaba abandonado. No se si por la vivencia mística que había tenido allí o por otro motivo, a la Madre Durga la habían restaurado hermosamente, estaba vestida de vistosas y brillantes sedas multicolores, llena de flores y rodeada del humo de deliciosos inciensos. Que alegría me dio saber que ya no estaba tan solita, tenía un devoto que la acompañaba, la cuidaba, la llenaba de mimos, lo que me hubiera gustado hacerle. Este hombre, sin saber mi historia, mi nexo con esta Madre, me colmo de bendiciones, flores y oraciones. Toda vez que vuelvo a Dasaswamedh, sin saber cómo, sin mapa, ni siquiera con nociones de donde estar, en un sitio que es un enjambre indiferenciable de callejuelas y gente, siempre voy a parar exactamente a este querido y significativo Templo de mi Amada Madre Durga de Dasaswamedh.
FOTO: Ruben Cedeño en el Templo de la MADRE DURGA DE DASASWAMEDH y la Madre.
Continuara.......