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MORIR EN EL GHÂT DE MANIKARNICA EN INDIA

Posted by Rubén Cedeño on

MORIR EN EL GHÂT DE MANIKARNICA EN INDIA

Rubén Cedeño
Libro: "Sanatana Dharma"
Un Ghat en India, en el Rio Ganges son escaleras que descienden a sus sagradas aguas como puerto de Almas donde se atraca cuando se navega en la “Rueda del Samsara” de encarnaciones tras encarnaciones en malestares y sufrimientos de la vida, y que llegando a esta orilla se encuentra el Dharma, paz, sosiego y espiritualidad. En los Ghat de Madre Ganga he encontrado la esencia del “Ser”, de la India, la vida y la muerte, en ellos he muerto y vuelto a vivir.
En el Ghat de Manikarnika Shiva me ha llevado a la consumación y en el Gath de Dasaswamedh, donde esta la pequeña efigie de mi Madrecita Divina he devuelto a la vida nuevamente. A los Ghat vienen los Sadhú, renunciantes y Gurus y hacen sus mantras, plegarias, predican el Sanatana Dharma, el Ramayana, el Mahabhárata y concurren miles de personas a escuchar, aprender y realizar sus sagradas abluciones, purificarse, liberarse del karma y también a morir.
Toda la orilla del Gánges en Benarés está lleno de Ghats que no fueron planificados arquitectónicamente y que han surgido desordenadamente, dispares asimétricos pero inmensamente hermosos.
Muchas veces se puede ver la superficie del agua del Gánges salpicada de luces y flores, porque todo el día los devotos, haciendo sus plegarias, las han ofrecido a la Madre Ganga.
A orillas del Ganges hay palacios antiquísimos de siglos pasados, todos los movimientos religiosos han querido levantar sus templos aquí, y los Maharajás tener sus palacios, por ser el lugar sagrado. Muchos están en ruina, otros muy bien y algunos convertidos en centros religiosos. Al introducirse en la parte de adentro de las calles aledañas al río, observaremos que muchos maestros tienen anuncios de clases y encuentras personas que están dando las enseñanzas del Sanatana Dharma o Enseñanza Eterna. Hay una algarabía que se eleva al cielo con las voces de miles de personas que realizan sus abluciones, practicando sus purificaciones.
Sentado en el Ghât de Manikarnika he visto durante toda una tarde hasta llegar a la media noche incinerase decenas de cadáveres y con ellos desparecer mi identidad, la noción de la presente encarnación, no saber el nombre, los libros escritos, la gente que va las conferencias que Dios me permite dictar y después de tanto desaparecer quedar exhausto sin saber a donde ir, por olvidárseme el lugar donde me hospedaba, y sin fuerzas, a oscuras en la media noche, desplazarme por las orillas del Ganges. Exhausto entre los vapores de la muerte, sin saber a dónde ir, pues había olvidado el lugar donde me hospedaba, sin fuerzas y sin recordar cómo, me desplacé por varios Ghât, encorvado, dando traspiés hasta el Ghât de Dasaswamedh. Estaba extenuado, después de pasar tantas horas conviviendo con la muerte, envuelto hasta la saciedad en el humo de cadáveres. Casi sin poder, subí unas pocas gradas y me tiré para reponerme a las puertas de un abandonado y pequeñísimo Templo.
En este Ghât de Manikarnika una vez fue incinerado el Gran Maestro Lahiri Mahasaya, Gurú de Sri Yukteswar, que a su vez era el Gurú de Yogánanda y que paso, nada, nadie aquí tiene noción de esto. Aquí realmente consume la muerte, esta Lord Shiva.